Edición 2010
Jardines en cuerpo y alma
29 de abril - 17 de octubre de 2010
"Nací y me crié en el jardín de Francia: en Touraine." Rabelais, Pantagruel, IX.
En el corazón del jardín, el cuerpo y el alma se deleitan. Un espacio para el bienestar, el «otium», el reposo descrito desde la antigüedad, el jardín es en primer lugar «el lugar donde nos sentimos bien». El jardín influye en todos nuestros sentidos, es el lugar de sosiego y serenidad por excelencia: un espacio propicio para la contemplación y la estimulación del imaginario.
El jardín cura los paisajes heridos embelleciéndolos, restaurándolos, reparándolos; incluso interviene en una purificación de la naturaleza envenenada por el hombre (pesticidas, contaminación…) por medio de plantas descontaminantes, plantas que filtran el aire.
El jardín sana cuerpo y alma y suscita pasiones, compromisos «en cuerpo y alma» al servicio de esta causa de la belleza, de la felicidad y del bienestar. «La belleza – escribió Stendhal – es una promesa de felicidad». El jardín sabe cumplir esta promesa y nos ofrece el placer de contemplarlo con su ingenio y su diversidad.
Ya nadie puede negar que el jardín cuida de nosotros, influye profundamente sobre el cuerpo y el espíritu y contribuye así a «sanar», a curar, de diferentes maneras. La hortoterapia, la fitoterapia o la aromaterapia se encuentran entre las múltiples prácticas terapéuticas que ha originado el jardín.
Terapeutas tanto del alma como del cuerpo, los jardines de 2010 son una invitación a la serenidad y la armonía.