Los denominados apartamentos “Históricos”

Durante cuarenta años, la pareja principesca viajó por todo el mundo y reunió una excepcional colección de obras de arte para el Castillo de Chaumont, siguiendo el ejemplo de lo que hizo Nélie Jacquemart-André en su palacete del boulevard Haussmann de París, así como en la abadía real de Chaalis, cerca de Chantilly, y la baronesa Ephrussi de Rothschild en su mansión de Saint-Jean-Cap-Ferrat.

El programa de desarrollo, realizado a partir de 1880 por el arquitecto Paul-Ernest Sanson, se divide en varias etapas, siendo las dos principales la creación de apartamentos privados reservados al príncipe y a la princesa de Broglie y a sus cuatro hijos, y la creación de los denominados apartamentos “históricos” situados en la primera planta del ala este.

Las estancias de estos apartamentos denominados “históricos” se abrieron a los visitantes en 1899, cuando la pareja principesca no se alojaba en el castillo. Estas últimas permiten evocar la disposición de una residencia señorial en los siglos XV y XVI, así como a los prestigiosos propietarios que vivieron en el castillo.

Todas estas estancias se encuentran amuebladas con objetos de arte de los siglos XV al XIX (muebles, tapices, cuadros). En una carta fechada el 3 de octubre de 1898, el duque de Broglie le escribió a su hijo: “otra de las cualidades que más aprecio, es el gusto verdaderamente artístico con el que has restaurado esta antigua y hermosa residencia de Chaumont, sin distorsionar su carácter. Me gustaría mucho que esta notable obra fuera apreciada por jueces verdaderamente dignos de dar testimonio de ella, de este modo, te labrarías la reputación que te mereces en el mundo de los artistas y que, tanto en este tema como en todas las cosas, tu modestia te impide alcanzar.”

Los tapices, tanto franceses como flamencos, se eligieron con suma meticulosidad. Durante un viaje a Chaumont, la condesa de Pange (1888-1972), sobrina del príncipe de Broglie, afirmó: “Mi tío quiso reproducir el mobiliario de cada estancia a partir de auténticos documentos. A lo largo de las paredes colgó unos magníficos tapices.”