Joël Andrianomearisoa

Joël Andrianomearisoa, nacido en 1977 en Antananarivo, Madagascar, vive y trabaja actualmente entre París, el pueblo Magnat-l’Étrange, en el departamento de Creuse, y la capital de Madagascar.

Joël creció durante la revolución socialista y comenzó su formación en una escuela de diseño. Posteriormente, el artista dudó si elegir Bellas Artes o Diseño, hasta que se matriculó en la Escuela Especial de Arquitectura de París en 1997. Allí conoció a Jean-Loup Pivin, arquitecto y fundador de la Revue Noire, una publicación trimestral especializada en el arte contemporáneo africano, y a Simon Njamin, escritor y crítico de arte camerunés influyente en el continente. Una de sus performances aparece en la portada de la Revue Noire de septiembre de 1997. En 2005, se graduó en Arquitectura bajo la dirección de Odile Decq, con la que comparte el gusto por el color negro y la idea de que esta disciplina necesita una renovación, con demasiada frecuencia bloqueada por un marco institucional estricto poco propicio al cambio. El artista presenta un proyecto inusual que combina el grafismo con los tejidos. Según él, el tejido es un medio universal.

Junto con otros artistas pioneros del arte contemporáneo malgache, Andrianomearisoa contribuye activamente al desarrollo cultural de su país (mejor talento joven en el primer salón de moda, Manja, en 1996, exposición Parlez-moi en 2015, etc.). Para la exposición colectiva 30 et Presque-Songes en 2011, Andrianomearisoa reunió a 30 artistas en la Maison Revue Noire de París. En 2016, con motivo de la 35.^a feria de arte contemporáneo ARCO Madrid, obtuvo el 4.^º premio Audemars Piguet con su obra Le Labyrinthe des Passions. Así fue cómo se convirtió en el primer artista no español en recibir este premio. Su proyecto es un díptico compuesto por una gran pieza de papel de seda blanca y de su gemelo en color negro, que dejan entrever diferentes emociones: melancolía, amor apasionado y nostalgia. Esta reflexión se centra en el contraste entre la luz cegadora y la oscuridad total que, en realidad, vibran por las mismas fuerzas. La voluntad del artista es presentar una obra que «no es una meditación melancólica sobre el amor y la pérdida, sino un poderoso reconocimiento de la posibilidad de seguir viviendo en medio de fuerzas crueles y brutales».

En 2019, fue elegido de forma natural para representar a Madagascar, que participaba en la Bienal de Venecia por primera vez. Allí presentó la instalación J’ai oublié la nuit, un ensamblaje de nueve cielos orgánicos que caen en una cascada negra de bolsas, cuerdas y ceniza.

Joël Andrianomearisoa está representado por las Galerías RX (París), Sabrina Amrani (Madrid) y Primo Marella (Milán).