17. Äng
Cuando los animales construyen sus nidos, utilizan los recursos naturales que tienen a su alcance. Las hormigas del bosque acumulan agujas de pino, mientras que las hormigas del desierto excavan túneles en la arena. Históricamente, el hombre también se ha comportado así. En las zonas boscosas ha construido con madera, mientras que en las regiones calcáreas ha construido con mampostería de piedra. Sin embargo, la industrialización lo ha apartado de los recursos locales, provocando así la pérdida de los conocimientos ancestrales de las culturas locales. Para explotar de una manera sostenible los recursos naturales, es indispensable hallar el modo de utilizar los materiales de nuestro entorno inmediato y de reciclarlos. El jardín Äng («prado» en sueco), un lugar de reposo y de tranquilidad, tiene el objetivo de crear un espacio para esta reflexión. Una construcción de tierra compactada se rige sobre un campo de plantas perennes que contrasta con la belleza de las plantas del jardín. Este refugio sin techo protege del mundo exterior. El suelo compactado crea una estratificación de materiales, como las capas geológicas de la corteza terrestre. El jardín combina plantas ornamentales y cereales comestibles. La naturaleza, la composición y la coloración del jardín cambian con el paso de las estaciones. Los cereales germinan en primavera, florecen en verano y vuelven a la tierra al final del otoño. Los muros de tierra compactada también están destinados a desintegrarse.
DISEÑADORES
Aron Fidjeland se graduó como arquitecto en la Real Academia Danesa de Bellas Artes de Copenhague, en la Universidad de las Artes de Berlín y en el Real Instituto de Tecnología KTH de Estocolmo. Establecido en Estocolmo, ejerce como arquitecto miembro de la Asociación Sueca de Arquitectos. Paralelamente a su actividad como arquitecto, Aron ha dirigido una práctica de su propio trabajo con escenografía, arquitectura de exposiciones y el arte en los espacios públicos. También ha trabajado como docente y ha organizado talleres en Konstfack, la Universidad de las Artes, Artesanía y Diseño y el instituto KTH. Actualmente trabaja en el desarrollo de un teatro, así como en el diseño de casas particulares.
Vincent Dumay estudió en la Escuela de Arquitectura de la ciudad y de los territorios París Este, así como en la Facultad de Arquitectura del Diseño y Urbanismo de Buenos Aires donde se graduó en 2015. Tras varias experiencias profesionales en París y Buenos Aires, se trasladó a Estocolmo, donde colaboró con diversos estudios de arquitectura. Ha trabajado en varios proyectos de vivienda colectiva, pero recientemente se ha especializado en la restauración del patrimonio. Su práctica personal le lleva a abordar los problemas que cuestionan la relación entre la arquitectura y la construcción.
Baptiste Wullschleger es arquitecto y paisajista CESP. Estudió en la Escuela Nacional de Arquitectura de París-Val de Seine y en la Universidad de las Artes de Berlín. Se graduó en Arquitectura en 2012 y, después, trabajó en agencias de Viena, Austria, y Mumbai en la India. En 2015, se trasladó a París y obtuvo la habilitación de contratista principal en su propio nombre. A partir de ahí, comenzó su actividad de forma independiente, realizó proyectos de renovación de apartamentos y participó en concursos de arquitectura y diseño. En 2018, se incorporó a la Escuela Nacional Superior del Paisaje de Versalles en el seno del Huerto del Rey y obtuvo un certificado de estudios superiores en paisaje. Desde 2018 es socio de la agencia Les oiseaux architectures (LOA). La agencia, orientada a la investigación y la innovación, ha hecho de la observación de la naturaleza un vector creativo. LOA considera que la necesidad que siente el ser humano de volver a conectar con la naturaleza es solo la expresión de un deseo más grande: volver a conectar con el prójimo. En términos espaciales, esto se expresa mediante una arquitectura que cuestiona la escala humana, la medida y, de forma más filosófica, la relación con el tiempo, el tiempo de los árboles.
Ella Rolf es florista de formación establecida en Estocolmo. Su objetivo estético se centra en la explosividad de las flores en lugar de en su delicadeza. Actualmente, trabaja como diseñadora floral conceptual en restaurantes, pero también utiliza las flores como material artístico. Su última exposición se tituló To have and not to hold, un experimento, que erotizaba la descomposición de las flores en yuxtaposición con la belleza y la muerte. En la actualidad, está investigando las posibilidades de creación de un espacio en el que converjan los rasgos performativos de las flores en lugar de sus ornamentales.