Este gran salón, frente al Loira, se encuentra en el extremo del ala oeste del Castillo. Su decoración es obra de Jules Potier de la Morandière, arquitecto del vizconde Joseph Walsh cuya familia es propietaria del lugar antes de la llegada de los Broglie. Vizconde Joseph Walsh encarga la construcción de la chimenea policromada decorada con un puercoespín, símbolo del rey Luis XII, y de los revestimientos de madera de la parte inferior de las paredes de la estancia, esculpidos con motivos de paños plegados. Los príncipes de Broglie conservan lo esencial de esta decoración y cubren el conjunto de las paredes con un brocatel de seda amarilla recientemente restituido, muy parecido al de la Sala de billar.
Un confidente, un fumador y una mesa para el té, de diferentes estilos y épocas, forman el conjunto del mobiliario de este salón y recrean el ambiente característico de un cierto arte de vivir entre las clases afortunadas de finales del siglo XIX.
Una merienda en época de los Broglie
Gabriel-Louis Pringué, escritor y amigo íntimo de la familia de Broglie, reside asiduamente en Chaumont. En su obra Trente ans de dîners en ville (Treinta años de cenas en la ciudad) escribe: "La merienda se tomaba a partir de las cinco de la tarde. Pero la princesa merendaba algunas veces a las siete… Dos sirvientes en librea traían e instalaban encima de dos tablas una mesa inmensa con un samovar de plata y todos los utensilios necesarios: tazas, pilas de pasteles, patés, chicharrones finos, “muffins” calientes conservados en un recipiente de plata para servir legumbres y vinos de España, whisky y oporto. Los invitados el castillo se servían por sí mismos, a su gusto, y cuando les apetecía. A las ocho volvían los sirvientes en librea con una silla con andas para transportar la mesa hasta el office."
La chimenea
La chimenea del Gran Salón la construyó a mediados del siglo XIX el arquitecto Jules Potier de la Morandière, por encargo del propietario del castillo, el vizconde Joseph Walsh. Esta chimenea policroma se inspira en varias chimeneas que pueden verse en el Castillo Real de Blois. Un puercoespín adorna esta gran chimenea. Luis XII adoptó este elemento tras haber servido de emblema a su padre, Carlos de Orleans, primogénito del príncipe Luis, duque de Orleans. Con motivo del nacimiento de Carlos, que tuvo con Valentina de Milán, Luis de Orleans instituyó en 1393 una orden de caballería, conocida como la «orden del puercoespín», compuesta por 25 nobles caballeros con experiencia en el campo de las armas. Todos ellos debían vestir un abrigo púrpura en el que brillaba el collar de cadenas de oro rematado en un puercoespín con el lema: COMINUS ET EMINUS (de cerca y de lejos).
Este lema se basa en la creencia de que el puercoespín no solo puede protegerse con sus púas contra quienes se le acercan, sino que también las lanza como flechas contra quienes lo provocan de lejos. Se trata de una alusión tanto a la clemencia y a la severidad del rey como a las cualidades ofensivas y defensivas del puercoespín.