Hotel Le Bois des Chambres & Restaurante Le Grand Chaume

De la Edad Media al Renacimiento

published at 20/01/2017
Charles II d'Amboise
Eudes I, conde de Blois, fundó el Castillo de Chaumont hacia el año mil con objeto de vigilar la frontera entre los condados de Blois y Anjou, esta última propiedad de Fulco III Nerra.
 
El caballero normando Gelduin recibió Chaumont y consolidó la fortaleza. Su hijo y sucesor Geoffroy, sin descendencia, eligió como heredera a su sobrina nieta, Denise de Fougères que se casó en 1054 con Sulpicio I de Amboise. De esta manera, el Castillo pasó a ser propiedad de la familia de Amboise durante cinco siglos.
 
En 1465 Luis XI mandó arrasar y quemar Chaumont para castigar a Pedro I de Amboise, implicado en la “Liga del Bien Público” (complot de los nobles contra el rey). Recuperado el favor real, se le devolvieron sus tierras.
Entre 1468 y 1481 Pedro I° de Amboise y su hijo Carlos I° ordenan una gran campaña de reconstrucción del castillo, destruido en 1465 por orden del rey Luis XI. Aunque la seguridad no es tan importante como en épocas anteriores los dos comanditarios mantienen, no obstante, dispositivos defensivos, símbolos de poder y privilegios. Torres masivas, fosos, torre defensiva, matacanes y aspilleras, visibles hoy en día, son ejemplos de la importancia acordada por la familia de Amboise a las formas medievales.
 
El cardenal Jorge de Amboise lleva a cabo la segunda campaña de construcción entre 1498 y 1511. El vocabulario formal, importado de Italia, demuestra el interés de la familia por la modernidad. Esculturas de arabescos y vieiras, por ejemplo, se adaptan a la arquitectura gótica. Chaumont se singulariza por la coexistencia de construcciones defensivas de la generación precedente y formas procedentes de un nuevo repertorio.
 
 
Los emblemas de Carlos II de Amboise
Las etapas de construcción del Castillo se diferencian gracias a la evolución de los estilos arquitectónicos y los símbolos, grabados en la piedra por sus sucesivos propietarios. Carlos II ordena esculpir un friso formado por dos C entrelazadas y un monte en llamas, tal y como se puede ver hoy en día. En la torre derecha de la entrada del castillo, dos salvajes sostienen el escudo de la familia de Amboise.
Los emblemas de Luis XII
Encima del puente levadizo, el escudo de Francia, rodeado de una “L” y una “A”, conmemora la visita de Luis XII y su esposa Ana. En la fachada del ala Este, que da al patio del Castillo, se ubica la figura de un puercoespín. Luis XII heredó este emblema de su padre, Carlos de Orleans. Según una creencia de la época se trata de un animal que puede defenderse de aquellos que se le acercan sacando sus púas que también puede lanzar a lo lejos, a modo de flechas, contra aquellos que le provoquen.
 
Contemporáneos célebres: La familia Chaumont-Amboise
La familia Chaumont-Amboise era un auténtico clan con numerosas alianzas que ocupaba un lugar eminente en la historia artística y política de Francia. Tres hermanos de Carlos I dejaron su huella entre los constructores y mecenas de la época: Luis, obispo de Albi, dotó a su catedral de una tribuna y de un cierre de coro, que son obras maestras del arte flamígero; Pedro, obispo de Poitiers, construyó el castillo de Dissay, cerca de su ciudad natal; Jacques, abad de Cluny de 1485 a 1510, fue uno de los constructores del Hôtel de Cluny en París, actual Museo Nacional de la Edad Media.
Un lugar especial ocupó el benjamín de los hermanos, Georges, un clérigo de alto rango, hombre de poder y benefactor de las artes. Éste nació en Chaumont en 1460 y se puso al servicio de Luis II de Orleans, el futuro Luis XII. Arzobispo de Narbona y luego de Ruán, ascendido a cardenal en 1498 y a legado papal en 1499, se convirtió en el “primer ministro” del nuevo rey, cuya popularidad fomentó mediante una juiciosa administración.
La familia Amboise figuró en lo sucesivo entre las principales introductoras del gusto italiano en el reino de Francia. Un gusto cuya moda llevó a una élite a inspirarse en los edificios admirados en el extranjero, e incluso a traer escultores y ornamentalistas. Así se construyó el castillo –o palacio episcopal– de Gaillon, en el Eure (Normandía), realizado por Georges d'Amboise a principios del siglo XVI y que marcó un punto de inflexión del Renacimiento italiano en la arquitectura francesa. Carlos II de Amboise, hijo de Carlos I, favorito de su tío Jorge, que lo hizo nombrar gobernador de Lombardía, mariscal y luego almirante de Francia, fue el primer francés que se fijó en Leonardo da Vinci. Éste le encargó el diseño de una mansión por cuenta propia y cuadros por cuenta de Luis XII (que apreciaba su talento como pintor). En 1507, esto provocó el primer viaje del gran artista a Francia. El alumno de Leonardo, Andrea Solario, trabajó en Gaillon y pintó el retrato de Carlos II de Amboise, que actualmente se conserva en el Louvre.