La sala de billar
Evidentemente, en la sala de billar se practica este juego, pero también se utiliza como lugar en el que los caballeros se dan cita y hablan de política mientras saborean un buen puro tras una copiosa comida. Es una de las pocas estancias del Castillo que conserva un techo policromado del siglo XIX con una decoración libremente inspirada en el Renacimiento, con cartuchos y dos “C “entrelazadas, iniciales de Carlos II de Chaumont-Amboise.
En la viga maestra figuran, a ambos lados, tres vistas del Castillo en la época de la familia Broglie y dos escudos en las repisas de los extremos: el de la familia Chaumont-Amboise y el de la familia de Broglie.
Los dos tapices, tejidos en el siglo XVI, en Bruselas, representan episodios de la vida de Aníbal: La captura de Sagonte y Aníbal mostrando la llanura del Po a tres de sus lugartenientes.
Tapiz representando La captura de Sagonte
Tras la pérdida, en siglo III antes de Jesucristo, de la primera guerra púnica contra Roma, la ciudad de Cartago busca un medio para llegar a Italia por vía terrestre. La conquista de España le puede permitir la constitución de un ejército permanente cerca de Italia. El senado cartaginés ordena a Almírcar Barca la conquista de la península ibérica, misión de la que sale triunfante. Asdrúbal, su yerno, prosigue su obra y nombra como primer general a un tal Aníbal, hijo de Almícar Barca. Aníbal se convierte rápidamente en el único jefe del ejército cartaginés. El año 219 antes de Jesucristo decide reanudar las hostilidades contra el imperio romano y conquista Sagunto, ciudad aliada de Roma. En este tapiz Aníbal muestra la ciudad a dos emisarios venidos en busca de paz. La captura de Sagonte fue en realidad una provocación para la ciudad eterna; cuando el senado cartaginés se negó a desautorizar a su general en jefe, Aníbal, Roma les declaró la guerra a los cartagineses y así comenzó la Segunda Guerra Púnica.
En la época de la familia de Broglie, este tapiz se exponía en la Sala de Guardias y fue declarado Monumento Histórico en 1954.
El juego del billar
El término billar procede de la palabra francesa “billa”, bola en español. En la célebre obra poética del siglo XIII El Roman de la Rose, este término se describe como un palo de madera recurvado en forma de voluta: antepasado del taco del billar actual. Según algunas teorías la sociedad, cada vez más refinada, transforma este entretenimiento de exteriores, derivado del mallo o del croquet, en un juego practicado sobre una mesa, en una sala reservada. En 1469, el rey Luis XI encarga la primera mesa de billar, que figura, en 1514, en el inventario de Carlota de Albret, duquesa de Valentinois. Pero el billar triunfa en Francia durante el reinado de Luis XIV. En esa época es una variante de mesa del croquet. Hay que esperar más de un siglo para que la madera de las mesas se sustituya por el mármol, remplazado posteriormente por la pizarra que asegura una estabilidad y horizontalidad perfectas.