16. L’arbre source
El árbol fuente
En un contexto de fuerte disminución de los recursos hidrológicos, el árbol y los bosques, generosos portadores de vida, desempeñan un papel fundamental en el ciclo global del agua y contribuyen a crear reservas de agua dulce bajo la tierra. A veces, nos resulta difícil considerar al árbol como un ser vivo o, como nosotros, formado por células que se reproducen y se especializan para formar un organismo complejo. El árbol nace, respira, crece, se alimenta y muere.
Al igual que la luz y el aire, el agua es fundamental para la vida del árbol. El agua y los minerales, captados en el suelo a través de unos pelos radicales, circulan por las radículas y las raíces, y luego ascienden por el tronco del árbol hasta llegar a las ramas principales, las secundarias, las terciarias y los peciolos, y así alcanzar el limbo y los nervios de las hojas y escapar a la atmósfera en forma de vapor de agua. Es en las células de las hojas, que contienen la clorofila, donde el árbol forma su savia en combinación con el agua del suelo y el dióxido de carbono del aire mediante la fotosíntesis. La savia producida desciende a través del tronco para alimentar a todos los tejidos vivos del árbol.
Gracias a su follaje, los árboles también interceptan la lluvia y ralentizan la llegada del agua a la tierra. El detritus vegetal, que está en el pie de los árboles, y sus raíces, ayudan a drenar y a almacenar el agua en el suelo, creando así flujos que alimentan las capas freáticas y los cursos de agua.
L’arbre source (El árbol fuente) es un jardín que ilustra este principio recogiendo agua el del cielo a través de las hojas de un árbol.