14. Le chant du sel
The song of salt
Awarded on the 21st of June 2023 by a jury of professionals renowned in the world of garden art
La subida del nivel del mar amenaza a las comunidades y los ecosistemas de todo el mundo, con estimaciones conservadoras que predicen una subida de al menos 60 centímetros en el horizonte del año 2100. La respuesta más habitual a este problema ha sido mantener nuestras ciudades, campos y comunidades fuera de su alcance. ¿Y si aprendiésemos a convivir con el agua salada, en lugar de evitarla? Le Chant du Sel (El canto de la sal) es un jardín compuesto íntegramente por plantas adaptadas a altos niveles de salinidad, también llamadas plantas halófilas. Plantadas en montículos, compartimentan el espacio, enmarcando una armonía dinámica entre la tierra y el agua. De este modo se representan dos ecosistemas: la marisma salina y la duna costera.
El mensaje es simple. La resiliencia -la capacidad de un sistema para adaptarse al cambio- a menudo se entiende como un refuerzo de sus defensas. Pero hay otra vía, más sostenible, fascinante y diversificada. En lugar de aislarnos del mundo, podemos trabajar con las fuerzas e inteligencias de la naturaleza. Le Chant du Sel es una oda a nuestras amigas halófitas. Más que un lugar de placer sensorial, el jardín propone una adaptación práctica y creativa a la crisis climática.
DISEÑADORES
Félix de Rosen es un diseñador y autor francés que vive en Oakland, California. Arquitecto paisajista de formación, su relación con el trabajo se refleja en el término navajo hozho, que expresa la alegría de formar parte de la belleza de la creación en su conjunto. Su trabajo reviste muchas formas, desde jardines hasta libros, pasando por eventos culturales. Por otra parte, Félix se ha fijado como principal objetivo cultivar una sensación de conexión con nuestro mundo policromo. Además, se graduó en ciencias políticas en la Universidad de Harvard y posee un Máster en arquitectura paisajista de la Universidad de California en Berkeley. Su primer libro, A Garden's Purpose, es una serie de ensayos fotográficos que reinventan los jardines. Por último, Félix disfruta nadando en estanques, recogiendo semillas y organizando fiestas para su comunidad.
Eric Futerfas es un diseñador ambiental establecido en Berkeley, California. Obtuvo un Máster en arquitectura en la Universidad de California, en Berkeley, donde estudió ciencias, tecnologías y sostenibilidad en materia de construcción. Al estudiar el entorno construido, se volvió más atento al medio natural, admirando sus formas y sus funciones complejas. En respuesta a la emergencia climática, Eric trata de utilizar en su trabajo materiales vivos y sostenibles de forma significativa en el plano ambiental y cultural. Para ello, despliega tecnologías que permiten tender puentes con la naturaleza en lugar de fronteras. Actualmente trabaja como consultor en sostenibilidad en el Atelier Ten en San Francisco, donde se centra en la iluminación natural, los servicios ecosistémicos y los análisis del ciclo de vida. Eric contribuye así a transformar el entorno construido en un lugar más acogedor para todas las formas de vida.
Bruno Derozier vive en la Isla de Ré desde hace 35 años. Después de seguir una formación de 18 meses de viverista en Lot y Garona, creó su empresa La Criste Marine y adquirió un terreno en Ars-en-Ré que vegetalizó poco a poco con plantas adaptadas al medio. Creó así una especialidad: las plantas resistentes a la sequía y costeras. Las vende directamente en el vivero, pero también a través de exposiciones en la costa oeste de Francia en las que participa varias veces al año. Con el paso del tiempo, apoyado por su esposa, el vivero ubicado en su terreno se ha convertido en un auténtico jardín en el que los clientes y los paseantes disfrutan deambulando e interesándose por la particularidad del lugar. También han instalado dos invernaderos en los que reproducen por esquejes su selección de plantas. Además, hace 4 años, compraron un terreno agrícola en el municipio de Ars-en-Ré para adaptar sus plantas madre y, en el futuro, crear un segundo jardín. Así, cuentan con una colección de 350 taxones adaptados al entorno local. Esta variedad de plantas le permite ejercer, paralelamente a su actividad de viverista, la de creación de jardines.