A. Philippe Cognée

Nacido en 1957 en Nantes, donde vive y trabaja, Philippe Cognée es uno de los artistas más reconocidos de su generación, siendo galardonado por la Villa Medici en 1990 y después nominado para el premio Marcel Duchamp en 2004.

El artista ejecuta sus cuadros con cera, calentada y luego aplastada, produciendo en la superficie texturizada un efecto borroso, que plantea el agotamiento de la imagen en tanto que condición humana, habida cuenta de su entorno urbano. Mediante polaroids o fotografías procedentes de su archivo personal, el artista representa lugares urbanos o íntimos abandonados. Su propósito es hacer una reflexión sobre lo individual y lo colectivo, lo visible y lo invisible, los territorios de la realidad y los del arte. Su trabajo también examina el papel de la pintura en una sociedad, donde la imagen sometida al efecto de las nuevas tecnologías, está a la vez omnipresente y empobrecida.

Su relación con el paisaje es el tema principal de su exposición en Chaumont-sur-Loire cuyo título es Paysages révélés. Cerca de treinta pinturas, presentadas en las galerías de las alas sur y oeste del Château, pondrán de relieve los campos silvestres o cultivados, las malezas, los árboles, los bosques, vistos a veces a través de la ventanilla de un tren...

Pintor, grabador y dibujante, Philippe Cognée nació en 1957 en Sautron, cerca de Nantes. Pasó doce años de su infancia en Benín, donde su padre era maestro en el contexto de la cooperación. En 1974, regresó a Francia para completar sus estudios y se graduó en la Escuela de Bellas Artes de Nantes en 1982. Ese mismo año obtuvo una beca de la Academia de Francia en Roma y de la Escuela Francesa de Roma para residir en la Villa Medici. A partir de 1989, fue profesor en la Escuela de Bellas Artes de Angers. Su pintura tomó un giro decisivo en 1990, convirtiéndose la fotografía en el punto de partida de su trabajo. Cognée desarrolló una técnica que se convertiría en su firma: pinta con cera de abeja, también conocida como encáustica, antes de cubrir el lienzo con un film alimentario denominado «rhodoïd». A continuación, utiliza una plancha para enturbiar la imagen, de ahí que el artista afirme que su pintura figurativa procede a la vez de la destrucción y de la recreación. Pero no se puede hablar del uso de la cera sin mencionar el batik, técnica que permite la impresión de telas en África y que conoció y desarrolló en la Escuela de Bellas Artes. Nuevamente premiado por la Villa Medici en 1990, experimentó con esta técnica en su entorno inmediato, las personas de su entorno y los objetos cotidianos, para orientarse gradualmente hacia los grandes paisajes urbanos y hasta las imágenes satelitales capturadas en Google Earth. Al igual que Rembrandt, Soutine y Bacon, también realizó un impresionante conjunto de una treintena de carcasas presentado en el Lieu Unique de Nantes en 2003 y en el Mamco de Ginebra en 2006. En 2004, le nominaron al Premio Marcel Duchamp, cuya finalidad es confirmar la notoriedad de un artista francés innovador y representativo de su generación en el campo de las artes plásticas y visuales. A partir de 2005, fue profesor en la Escuela de Bellas Artes de París.

Como parte del procedimiento del 1 % artístico, en 2009, lo eligieron para realizar una obra pictórica, destinada al futuro Grand Commun del Palacio de Versalles, restaurado en mayo de 2011. Esta obra, titulada Écho, consta de 44 cuadros circulares –o tondi–, diseñados a partir de una obra en vídeo, que el artista realizó in situ. Las imágenes filmadas constituyen una materia prima de la cual extrae los motivos de sus pinturas. Los tondi, con formatos y grosores diversos, evocan el universo del palacio a través de los detalles de sus jardines y sus apartamentos. El ojo del pintor atraviesa la historia, desde el interior hacia el exterior, y Versalles aparece y desaparece en la materia de la pintura. Pintados con cera sobre lienzo encolado, los tondi reciben iluminación y tienen un diámetro que varía de 30 cm a 1,30 m, mientras que su espesor es de 3 a 6 cm. Colocados uno al lado del otro, estos conforman un conjunto que evoca una constelación y una narración sobre este lugar de memoria. En 2012, el Museo de Grenoble le dedicó una gran retrospectiva en 17 salas. En 2014, continuó su trabajo exponiendo en otro lugar lleno de historia: el Dominio Nacional de Chambord. Invitado como residente a la Fábrica de Porcelana de Sèvres en 2016 y 2017, allí pintó en jarrones de porcelana, como un gran jarrón Charpin con una altura de 1,30 m, con motivo de la nueva puesta en funcionamiento excepcional del mayor de los seis hornos de leña de la fábrica del siglo XIX, catalogado como monumento histórico. Representado por la Galería Daniel Templon, actualmente vive y trabaja en Nantes.