Gilles Walusinski

1979: año del Patrimonio. Para celebrar el acontecimiento, el Ministerio de Cultura lanza un encargo público: Diez fotógrafos para el Patrimonio. Se recurrió a Gilles Ehrmann, Bernard Descamps o Willy Ronis, y también a Gilles Walusinski. Este último eligió sumergirse en la región del Perigord durante un mes con el fin de captar la esencia de este "arquetipo rural francés". Sus fotografías en blanco y negro surgidas de negativos realizados "en el cuarto" describen la Francia profunda en formatos 13 x 18 cm y 10 x 12,5 cm… Una ventana sobre un territorio y sobre una historia en la cual "Las persianas de las ancianas se encuentran entreabiertas y cuidan plazas vacías. Los niños están en la escuela, los padres en la fábrica, en la ciudad, los viejos en el café o en el hospicio. Las personas importantes comen confit". En Chaumont-sur-Loire, más de veinte años después, Gilles Walusinski presenta tirajes originales de esta naturaleza habitada. En lugares simbólicos de un patrimonio en esa época todavía preservado del turismo, nos lleva por caminos de campo, por bosques y aldeas hasta Monpazier, donde la fotografía de "el almacén de ultramarinos" recuerda el Café de France de Willy Ronis (L’Isle sur la Sorgue). Paisajes intemporales, altamente sugestivos.

Gilles WALUSINSKI

 

 

Nacido en Poitiers en 1945, Gilles Walusinski creció en París. A los 7 años recibe su primer aparato de fotos, marcando así el inicio de una carrera enteramente consagrada a este arte. Sus estudios científicos, que no lo apasionan en absoluto, le permiten ser asistente de André Lallemand en el Observatorio de París. Junto a ese genial inventor, Gilles Walusinski es testigo de las premisas del invento del fotomultiplicador o de la cámara electrónica. En 1967 su decisión está tomada: será fotógrafo. La aventura continúa el 68 cuando encuentra a Roger Pic, Robert Doisneau, Jean Lattes o Henri Cartier Bresson, con el cual llega a ser amigo. Dos años después pasa a ser aprendiz de Gilles Ehrmann, obtiene sus primeros contratos antes de pasar a ser en 1979 colaborador regular de la revista l’Architecture Aujourd’hui. Fue el comienzo de una larga serie de reportajes sobre arquitectura, en los cuales el artista introducía su gusto por el paisaje. Desde entonces, Gilles Walunsinski cultiva su actividad artística y su efervescencia creativa a los cuales se une un compromiso fuerte, no sólo en defensa de los intereses de la fotografía, sino también en la del patrimonio fotográfico francés.