J. Mâkhi Xenakis
"Así atraviesan una oscuridad ilimitada...” advertía Baudelaire en su poema “Les Aveugles” (1857). ¿Somos nosotros estos infinitos ciegos delante de los pasteles de Mâkhi Xenakis? Allí donde, sobre la hoja en blanco, por medio de un paciente trabajo con la goma, ilimitado es el blando y lechoso negro que se extiende en formas palpables y desconocidas. Allí donde, sobre la hoja de calco, de repente cubierta hasta la saciedad, ilimitado es el rosa carnal y modulado que eclosiona en formas suaves e indefinidas. Los pasteles de Xenakis son cuerpos y lugares, son susurros táctiles y órganos de vida que cubren la abertura del vacío, el blanco ciego donde se ha refugiado lo ausente, donde se ha escondido el silencio, donde se ha agazapado el caos. Estos pasteles profusos, seriales, son trampas voluptuosas de la mirada y de nuestra duda, jardines de las delicias de nuestro deseo inquieto, donde la lágrima mineral se adapta a la cáscara vegetal, donde la pulpa animal se aparea con la lengua floral, donde los alvéolos marinos nos llaman hacia el abismo original, el del nacimiento de sí mismo, el del nacimiento del mundo. Nuestra mirada se absorbe y se expande en contacto con la consistencia sensual del pastel, en su impulso y sus retractaciones, en su densidad inextinguible y sus tensiones en movimiento, hasta llegar al lugar vibrante de una luz que atenúa los miedos. Allí, en un lugar del dibujo pastel, el blanco se desnuda como una tromba de vida recuperada, como un desfiladero de luz, óculo abismal, abierto, en el corazón del torbellino de sombras y de eclosiones efímeras. Estos pasteles son refugios de vida… Marjorie Micucci.
"Escribo, dibujo y esculpo de manera regular y autónoma. Estos tres modos de expresión se me han hecho indispensables. Lo que no puede expresarse en un ámbito puede repentinamente expresarse en otro. Ya no hay momentos de vacío o de silencio. Muchos temas se cruzan y se responden. Cuando comienzo un dibujo o una escultura, espero ese momento mágico en el que, de repente, aparecerá algo nuevo y vivo, unido a nuestra animalidad, a nuestra universalidad. Entonces tengo la sensación deliciosa e insensata de crear vida y de alejar un poco la muerte. El trabajo está realmente terminado cuando encuentro esta emoción en quien lo mira. Para esta invitación a Chaumont, quise crear una nueva correspondencia entre las esculturas azuladas que nos reciben en el patio por nuevos pasteles azules y violetas que nos llevan hacia los “abismos” rosas y negros. Para esta invitación a Chaumont, quise crear una nueva correspondencia entre las esculturas azuladas que nos reciben en el patio por nuevos pasteles azules y violetas que nos llevan hacia los “abismos” rosas y negros.” Mâkhi Xenakis
REFERENCIAS BIOGRÁFICAS
Mâkhi XENAKIS
FRANCIA
Nació en París donde vive y trabaja. Sus obras figuran en colecciones públicas como el Centre Pompidou, la manufactura de Sèvres, la manufactura de Gobelins, el FNAC o el FMAC de la ciudad de Paris. Sus libros se publican en las ediciones Actes Sud.
Su trabajo se ha expuesto particularmente en el MAMCS de Estrasburgo, en el Orlando Museum of Art, en el Musée de la chasse et de la nature, en la Maison Rouge, en el Centre Pompidou, en el Musée Zadkine, en el Musée des Beaux Arts de Besançon, de Brest y de Nancy, así como a la Chapelle de la Pitié Salpêtrière.
Dibuja y pinta desde la infancia. Después de cursar un bachillerato científico, estudió arquitectura con Paul Virilio y creó decorados y trajes para el teatro, en particular con Claude Regy.
En 1987, gracias a una Beca Villa Médicis internacional, se instaló en Nueva York donde se dedicó a pintar hasta 1989. Allí tuvo un encuentro decisivo con Louise Bourgeois. De regreso a París, expuso regularmente su trabajo de dibujos. En 1998 publicó “Louise Bourgeois, l’aveugle guidant l’aveugle”. En este libro, en busca de los lugares de infancia de Louise, nos desvela poco a poco los vínculos secretos que se establecen entre ellos y la obra de Louise Bourgeois y nos sumerge en la complejidad y los misterios del proceso de creación. Paralelamente, realiza sus primeras esculturas que expone en 1999 en París y Genevilliers, acompañadas por el libro “Parfois seule”.
En 2004, invitada a exponer esculturas en la Salpêtrière, descubre en los archivos de la Asistencia Pública el infierno carcelario vivido por miles de mujeres desde Luis XIV y publica “Les folles d’enfer de la Salpêtrière”. Paralelamente presenta un conjunto de 260 esculturas en la capilla.
En 2015, publica “Iannis Xenakis, un père bouleversant” y nos sumerge esta vez en el proceso de creación de la obra de su padre a partir de sus archivos musicales y arquitectónicos. En la segunda parte, intenta comprender cómo ella misma se forjó frente a este padre tan especial.
En 2017, se publica un nuevo libro más íntimo sobre su relación con Louise Bourgeois en las ediciones Actes Sud. La diversidad y los vínculos existentes en su trabajo de esculturas y dibujos, impulsados a la vez por la necesidad de crear vida pero manteniendo una parte de inquietud, adquieren hoy un sentido más evidente a la luz de sus numerosos libros.