A. Françoise Vergier
Françoise Vergier realiza principalmente esculturas-objetos y dibujos. Sus obras analizan lo humano frente al mundo. Entre el cielo y la tierra: un cuerpo femenino, una autobiografía.
«Mi obra oscila entre el arcaísmo más grande (la lechuza augura la muerte y el nacimiento) y el mundo contemporáneo (su actualidad). Entre el arte y la vida (yo levanto pequeños altares a todos los sentimientos). Entre la pintura y la escultura (yo pinto las esculturas). Entre el arte y la naturaleza (desde mi estudio, observo la bella mecánica y los magníficos engranajes de la naturaleza, que se imponen a los contrarios y que se complementan). Las esculturas responden a la armonía de la naturaleza; ellas dicen “Gracias”, “Es así”, “Sí”, quieren reconciliarse, apaciguar. También creo para saber quién soy. En definitiva, para atravesar las realidades de mi presencia en el mundo y responder a ellas». Françoise Vergier
Françoise Vergier mantiene una relación extremadamente fuerte con la tierra y la mayoría de sus obras establecen un vínculo entre el cuerpo femenino y el paisaje, entre lo íntimo y el mundo. En la década de los años 70, Vergier se desmarcó de una estética conceptual y convocó en sus obras referencias tan variadas como Courbet, Vermeer, Hölderlin, Giorgione, etc. A partir de la década de los 80, su escultura se enriqueció con un nuevo peso, encontrando una expresión más plasmada en las citas de fragmentos del cuerpo femenino: la cabeza, el busto, la mano, el ombligo, el ojo. A medio camino entre el objeto y la escultura, las obras de Françoise Vergier, que a veces rozan lo kitsch, concentran siempre una fuerte carga metafórica y poética.
La naturaleza y el paisaje juegan un papel importante en el imaginario y en las creaciones de Françoise Vergier. «El paisaje de mi infancia, que es el de mi estudio, se ha convertido en una imagen intermedia y en el zócalo de mis sueños. Me sumerjo en una contemplación activa, que me incita a restaurar la naturaleza a través de mi obra, su poder físico, metafísico y mitológico, pasando por el calvario de mi biografía. El paisaje es uno de los soportes, la naturaleza el estudio central y el artificio el instrumento».
REFERENCIAS BIOGRÁFICAS
Nacida en 1952 en Grignan (Drôme), Françoise Vergier es la séptima hija de una familia de campesinos. En 1979 continuó sus estudios de artes plásticas en Aviñón. Se estableció durante un tiempo en Le Havre y, luego, en París, antes de construir una casa-estudio en el corazón de su paisaje provenzal natal. En sus inicios utilizaba la pintura al óleo sobre madera tallada y la fotografía del paisaje. Posteriormente, empezó a dibujar series temáticas en grafito, pastel seco, carboncillo y en aguada. Los objetos de pequeño tamaño, poéticos y surrealistas, también erigen altares dedicados a hechos autobiográficos o de actualidad. Vergier empezó a dedicarse al gran formato en la década de 1990 con esculturas de cuerpos femeninos, tallados o moldeados.
En 1991, respondió a un primer encargo público del Centre National des Arts Plastiques como parte de un programa de restauración de la casa y el parque en Nohant (Indre), donde Georges Sand pasó gran parte de su vida. En homenaje a la escritora, la artista realizó allí Corambé, un bronce monumental parcialmente dorado, que hace referencia a una divinidad inventada por Georges Sand cuando era niña, el primer testimonio de su compromiso literario, descrito extensamente en sus memorias Histoire de ma vie. Unos años más tarde, con motivo del tricentenario de la muerte de Madame de Sévigné en 1996, Vergier realizó en Grignan Le jardin Sévigné. Encargo público del Estado, esta escultura vegetal presenta las letras del nombre Sévigné en caligrafía inglesa, dispuestas en el espíritu de los jardines laberínticos del siglo XVII. Otros encargos públicos le darían la oportunidad de realizar obras delicadas como un servicio de té de porcelana de Limoges para las embajadas francesas en el extranjero o la vasija aromática «Triomphe de Flore», de la cual, la Fábrica de Sèvres hizo 5 ejemplares y la prueba de artista.
Desde 1995, sus esculturas-objetos fueron presentadas como parte de la exposición monográfica «oui, j’ai dit oui, je veux que bien Oui» en el Centre Pompidou de París. Vergier ha realizado varias estancias en el CIRVA (Centro Internacional de Investigación sobre el Vidrio y las Artes) hasta 2003. En el 2004, el Carré d’Art de Nîmes le dedicó la retrospectiva Le paysage, le foyer, le giron et le champ.
En el 2009 se unió a la exposición colectiva de la colección moderna y contemporánea del Musée de Picardie, en Amiens, para la exposición Ce qui demeure est le futur. También tomó parte en una exposición colectiva del mismo año: elles@centrepompidou - mujeres artistas en las colecciones del Musée National d’Art Moderne - Centre de Création Industrielle.
Ha expuesto en la Maison Rouge – Fondation Antoine de Galbert, en París, en 2014, en el MUCEM de Marsella, en 2018, y en numerosas galerías de arte. Desde 1981 y hasta la actualidad, Françoise Vergier se ha convertido en una artista imprescindible en el mundo del arte contemporáneo.
En el 2021, fue una de las 35 artistas seleccionadas para la exposición «Ex Africa. Présences africaines dans l’art d’aujourd’hui» presentada en el Musée du Quai Branly - Jacques Chirac. En el 2022, además de su participación en la Temporada de Arte del Domaine de Chaumont-sur-Loire, presentará una exposición personal en el Espace d’Art François-Auguste Ducros, en Grignan, prevista para 2021 y pospuesta por la crisis sanitaria de Covid.
En la actualidad, Françoise Vergier vive y trabaja entre París y Grignan.