44. La forêt du futur
DISEÑADOR
Inventor de Naturaleza. Entre Notre-Dame de París y Les Davids, en el Luberon, el gran paisajista belga Bas Smets impone su visión deliberadamente poética y ecológica.
Bas Smets es ingeniero-arquitecto graduado de la Universidad de Lovaina y con una formación en paisajismo en la Universidad de Ginebra. Desde 2007 dirige la agencia que lleva su nombre, especializada en el diseño de estrategias paisajísticas y la planificación de espacios públicos. Su credo es volver a situar la naturaleza en las ciudades, replantear inteligentemente las zonas verdes del futuro y encontrar un nuevo equilibrio entre la naturaleza y las construcciones para afrontar de forma eficaz el calentamiento global.
Se define como un “arquitecto del paisaje” y, más allá de la denominación, se ha convertido en el especialista de los “paisajes aumentados”, mundos en sí mismos, que utilizan lógicas naturales y producen nuevos microclimas y atmósferas, a todos los niveles, públicos o privados. En Arles, en torno a la Fundación Luma, este inventor transformó 33.000 m2 de desierto de hormigón en una isla de vegetación y plantó más de 1.000 árboles y 80.000 plantas. En la propiedad Les Davids, en Viens, en el parque natural de Luberon -viticultura y agricultura biológicas-, está preparando un paseo natural de alrededor de una hora y media, sin plantar ningún árbol, sino simplemente revelando la belleza del paisaje, y sin otro trazado que el de su instinto sobre el terreno, con una motosierra en vez de un lápiz. Un ejercicio inédito para el que siguió senderos de jabalíes y dibujó su trazado al final, con un GPS que elaboró el plano. Esta inversión de los procesos modernos le apasiona. El pasado mes de junio, su proyecto “sobrio y justo”, como él lo califica, fue seleccionado casi por unanimidad para habilitar las 4 hectáreas de las inmediaciones de Notre-Dame de París, con el deseo de sublimar la catedral.
Instalado en Bruselas, su equipo de 25 arquitectos y paisajistas ha presentado 470 proyectos y ha realizado 50 en más de 12 países. De Nueva York a Hong Kong, pasando por Anvers o Albania, Bas Smets hace colaborar a artistas y científicos.
En todos sus proyectos, se impregna profundamente y analiza tanto la historia como la geología del lugar, su clima, los cambios realizados por el hombre, permaneciendo atento a los detalles reveladores -la dirección del viento, los recorridos del agua, etc.- para crear su propuesta y llevar más allá los límites. En Arles, para superar la aridez del proyecto Luma, imaginó lo que habría hecho la naturaleza para acelerar sus procesos naturales de reconquista. Y al final del confinamiento, se instaló allí durante siete meses con su mujer y su nieta. En Viens, en la propiedad Les Davids, galopa por la ladera de la colina y rediseña praderas inesperadas. Inspirado.