16. les belles aux eaux dormantes
Las bellas aguas estancadas son musas seductoras que juegan con el extraño poder de las rosas. ¡Las rosas son reinas, exhalan su perfume, pero están por todas partes!
Las bellas tienen como objetivo reencantarlas y, si ya lo están, magnificarlas aún más, personificarlas a su imagen, exacerbar su poder por medio de una nueva asociación vegetal.
Cada rosal reina en un discreto pedestal y las rosas parecen salir del agua negra. Enfrentadas con las gamas de verde y marrón de los juncos y de las cañas, sus inflorescencias en miríadas de colores embarcan al que las observa en un viaje onírico, en el que las rosaledas están posadas sobre el agua de las ciénagas.
En este contexto, el poder de las rosas en el arte de la seducción y del amor se hace infinito.
El jardín se convierte a la vez en metáfora de un encuentro amoroso improbable entre las rosas y la vegetación de un humedal; encaje en relieve de juncos, desgarrado, recortado y perforado de donde surgen las flores, objeto del deseo; metáfora de una flor inofensiva y que parece poseer todos los poderes. Una flor que anima una fiesta silenciosa y que hace que todos los sueños sean posibles..
Rosas en bosquecillos enfrentadas a grupos de cañas, rosas en puntuaciones con glycerias esparcidas, rosas en primer plano delante de un lindero de Sagittarias, rosas aisladas sobre una superficie de agua libre cubierta de nenúfares ofrecen diferentes ambientes. Rosas que posan para el fotógrafo, el mirón, el soñador o las amadas.
DISEÑADOR
Silvestre LIEUTIER, arquitecto-paisajista
FRANCIA
Sylvestre Lieutier nació en 1973 en Dourdan. Entre los 5 y los 14 años acompañaba a sus padres en excursiones pedestres en Francia, Italia, España, y Estados Unidos en las que se sintió fascinado por la belleza de las flores y de la naturaleza. Durante este período, leía muchas novelas y obras de divulgación científica particularmente de Astronomía. Coleccionaba piedras, minerales, fósiles, insectos y realizó un herbario. El amplio jardín-huerto de su abuelo, rodeado de un río con su bosque y su vergel, fue su campo de juegos y lo marcó para siempre. Cuando tenía 7 años, realizó en este lugar su primer jardín en una pequeña parcela.
A partir de los 14 años, iba regularmente de vacaciones a orillas del mar, donde pintaba y reproducía las pinturas de paisajes impresionistas a la aguada, y practicaba asiduamente el tenis que le daba el sabor de la tierra batida y hermosas trayectorias.
Después de cursar un bachillerato científico fue a estudiar a París, a la École supérieure d’Architecture des Jardins (ESAJ) dirigida entonces por Allain Provost y en 1997 obtuvo su título de paisajista.
Trabajó en diferentes oficinas de proyectos en ecología, para las que realizó particularmente relaciones florísticas, acondicionamientos de orillas y de humedales y planes de gestión diferenciados. En 2003, con Mathieu Lacreuse y Cesario Carena, realizó un jardín titulado “Le Pénitencier des Mauvaises herbes” en el Festival de Jardines de Chaumont-sur-Loire, y adquirió el estatus de paisajista e ilustrador independiente. Realizó entonces diversos jardines para entidades territoriales y particulares, especialmente hoteles de lujo. Desde 2012, paralelamente a estas actividades, acondicionó poco a poco un jardín entomológico completado con una rosaleda en el jardín familiar.
A Sylvestre Lieutier siempre le ha gustado asociar jardín y poesía, y esta asociación se ha convertido en una pasión. Inventa relatos que se articulan en torno a la idea de jardín. En 2006 publicó en las ediciones Rustica una obra titulada “Le jardin de l’amour et autres jardins imaginaires”. Además, desde hace varios años es redactor e ilustrador de varias revistas de jardinería.