19BIS. (R)évolution
DISEÑADORES
Philippe Bertrand pasó su infancia en Alta Saboya, en Cluses, entre ciudad y naturaleza. A los 10 años, sembró sus primeras semillas de árbol en su balcón, y a los 20 entró en la École des Ingénieurs des Techniques de l’Horticulture & du Paysage de Angers (ENITHP): tuvo su 1ª experiencia durante unas prácticas en el jardín botánico de París. A los 23 años, pasó un tiempo y trabajó en la isla de Maré en Nueva Caledonia (desarrollo en horticultura) y, después, a los 25 años se convirtió en responsable del vivero del instituto hortícola y paisajista Adriana de Tarbes. A los 30 años, decidió enseñar paisaje en el instituto Adriana y asumió la responsabilidad del parque botánico y de su ampliación, creada de las enseñanzas que mezclaban jardín, arte contemporáneo y medio ambiente. A los 43 años, primera exposición de arte contemporáneo: “Jardin Barbare” (Omnibus, Tarbes), seguida de otras colectivas (“Dérapage contrôlé”) o individuales (“Naître ou ne pas être”, librairie les beaux jours, Tarbes). A los 46 años, creó un taller Bonzaïs en el centro penitenciario de Lannemezan y a los 50, compendio de poesía, dibujos y fotos: “Faire des histoires”. Actualmente sigue enseñando, dirige proyectos paisajistas con sus alumnos y sigue creando y gestionando el parque del instituto así como sus otras actividades: bonsáis en el Centro Penitenciario, poesía, exposiciones y administrador en Omnibus/laboratorio artístico, donde se le propuso que se asociara a este proyecto.
Después de una oposición a cátedra de letras clásicas, Christine Monlezun comenzó a trabajar como actriz, en Toulouse, bajo la dirección de Michel Mathieu, Didier Carette, Maurice Sarrazin y Jean-Jacques Mateu y, después, de Jean-Luc Terrade en Burdeos. Pasó a la puesta en escena con “Bartleby”, “La formule”, con la música Jessica Constable en el Festival “30-30” y, después, fundó en París, donde vive, la compañía Mille et un plateaux. Dirige “Las cuatro gemelas” de Copi y “Crave” de Sarah Kane. Su trabajo escénico se define mediante la instalación de paisajes visuales y sonoros, y da prioridad a los textos abiertos, sin principio, ni centro, ni final, pero capaces de trabajar en la propia materia del tiempo: ciclos, ensayos, alternancias de lleno y de vacío, de presencia y de ausencia, que están en la obra. Se cruza en el camino con Camille Lacroix. Su entendimiento es inmediato, sus universos artísticos tienen puntos en común. Trabajan en un proyecto teatral juntas y deciden prolongar esta colaboración mediante el diseño de un jardín para el Festival Internacional de Jardines de Chaumont-sur-Loire. Invitan a Philippe Bertrand a que las acompañe en esta aventura.
Camille Lacroix es escenógrafa y artista plástica titulada en la École Nationale Supérieure des arts Décoratifs. Trabaja regularmente para la danza y el teatro (Compañías PLI, du Point d'Assemblage, etc.). En 2013, comenzó, con Flora Détraz, el proyecto “Waves”: una serie de paseos sonoros creados in situ en diferentes ciudades europeas (Estocolmo, Caen y Lisboa). Durante esta experiencia, considera el texto y la creación sonora como una prolongación de su trabajo escenográfico, en espacios muy alejados de la sala de espectáculos: paisajes, más o menos urbanizados. Conoció a Christine Monlezun con motivo de un proyecto de teatro que les hizo desear colaborar más regularmente, e imaginar este jardín junto a Philippe Bertrand.