H. Duy Anh Nhan Duc
“Champ céleste”
Miles de dientes de león adornan el Establo de Asnos. Esta delicada instalación, creada por el artista plástico Duy Anh Nhan Duc, detiene el tiempo y nos invita a contemplar la poesía de la fragilidad de un instante.
Frescos y esculturas realizadas a partir de vilanos de dientes de león evolucionan en este universo y presentan una variación en torno a la ligereza de esta flor tan huidiza.
“Para el Establo de Asnos he creado una composición tan efímera como volátil, hecha con dientes de león naturales en suspensión. Este campo invertido se refleja en el resplandor del suelo y nos transporta a las cimas de un cielo vegetal. El aire, gran aliado de estas semillas tan ligeras, se inscribe en este cuadro y es transportado por la creación sonora del compositor Benoît Cimbé. El diente de león siempre ha ocupado un lugar muy especial en mi trabajo. Esta flor evoca por sí sola toda la belleza del mundo y al mismo tiempo su gran fragilidad. Símbolo de libertad y de naturaleza indómita, es una planta que florece en casi todo el planeta. Poco importa quiénes somos ni de dónde venimos, el diente de león tiene un fuerte poder de reminiscencia en cada uno de nosotros. Frente a él, estamos atrapados por un simple placer de un deseo y ver volar sus miles de vilanos. El diente de león tiene el poder de despertar al niño que todos llevamos dentro, en un momento de nuestra vida en el que todavía cultivábamos un vínculo especial con la naturaleza.” Duy Anh Nhan Duc
REFERENCIAS BIOGRÁFICAS
Duy Anh Nhan Duc au Domaine de Chaumont-sur-Loire, 2018 - © Éric Sander
Duy Anh Nhan Duc nació en 1983 en Saigón, Vietnam. Llegó a Francia cuando tenía diez años, y actualmente vive y trabaja en París. Este artista plástico ha hecho de la naturaleza la matriz de sus obras. Una búsqueda constante de alianza y de ósmosis para mostrar los vegetales de una manera diferente. “A través de mis creaciones, intento capturar el aspecto tan exclusivo de los vegetales, retranscribir las emociones que me suscitan y ponerlos en escena en la narración que me evocan. Las creaciones que imagino permiten poner de relieve los vegetales que todos conocemos, pero que ya no miramos. En mi trabajo todo son pretextos para honrar a los vegetales. Cada obra es una invitación a los demás a tomarse un tiempo para observar la naturaleza con una nueva mirada, con atención y sensibilidad.”
En su taller de París, el artista transforma vegetales con formas sutiles e inventa una naturaleza poética como en equilibrio sobre la fragilidad de un instante. Tréboles, adormideras, hortensias, líquenes... sin olvidar los dientes de león, su planta favorita, son la materia de una obra mágica. Frutos de incansables recolecciones, sus instalaciones son de una belleza efímera y sensible.