Vincent Bioulès
"Paysages"
Vincent Bioulès no se cansa de los paisajes, que ha convertido en suyos y a los que la luz siempre transforma. «El paisaje tiene un rostro. El perfil recto del pico Saint-Loup es extraordinariamente difícil de dibujar. Si se altera un ritmo, una fractura, ya no parece el mismo. Un paisaje es toda una disposición de sensaciones, que el pintor percibe, y la emoción que experimenta ante él se debe a la perfección de dicha disposición. No se trata de copiarlo, sino de expresar su lógica interna». (La Nostalgie du paysage, Museo Fabre)
Formado en la École des Beaux-Arts de Montpellier a finales de la década de 1950, Vincent Bioulès mostró desde muy pronto su interés por la pintura. Aún recuerda las exposiciones que visitó con sus padres, las amistades artísticas que cultivó y los primeros trazos en la casa familiar de la avenida Saint-Lazare… En esa época, bastaba con caminar un cuarto de hora para sumergirse en plena naturaleza, ya que Montpellier aún no estaba rodeada por una carretera de circunvalación. El paisaje fue desde el principio su tema preferido. Estamos en los años 60 y el artista es un digno representante de su generación. Es entonces cuando se convirtió en uno de los protagonistas más activos e innovadores de movimientos artísticos como ABC Production y Supports/Surfaces, junto a Daniel Dezeuze y Claude Viallat.
Desde su retorno a la figuración en la década de 1970, Bioulès no ha dejado de dedicarse a sus paisajes favoritos, aunque no de forma exclusiva. Pinta series de sandías, interiores, retratos, desnudos o recuerdos, pero también revisita grandes temas de la pintura, como escenas de mitología antigua o bíblicas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Con él, Apolo deja su motocicleta para correr en vaqueros y chaqueta tras Daphne, y Tobías conversa naturalmente con el arcángel al pie del Pic Saint-Loup. Cuando Vincent Bioulès pinta, nunca sabe qué va a pasar. La montaña se presenta cada vez bajo una nueva luz. El pintor parte de una idea, pero la pintura es la que decide. Impulsado por una energía benéfica, el Pic brota de la tierra. Las nubes dramatizan la escena, y al pintor le gusta imaginárselas talladas en la piedra. Todo es una cuestión de luz.
En el Dominio de Chaumont-sur-Loire, Vincent Bioulès presenta unas cuarenta pinturas dedicadas a sus paisajes en las Galerías altas del Castillo.
REFERENCIAS BIOGRÁFICAS
Vincent Bioulès, nacido en 1938, vive y trabaja en Montpellier. Durante la década de 1960, se unió a aquellos artistas que consideraban la pintura abstracta como un avance objetivo. en 1970, colaboró con Claude Viallat y Daniel Dezeuze en la formación del grupo Supports/Surfaces. En esta etapa, Bioulès comenzó a pintar paneles verticales y monocromos, simplificando la pintura a un lenguaje básico: colores puros, ausencia de subjetividad, etc. De este modo, afirmaba su renuncia a su saber hacer, a lo que le vinculaba cultural y afectivamente con el pasado.
En 1972, abandonó Supports/Surfaces al considerar que la conquista de esta libertad colectiva estaba afectando a su propia libertad de expresión. Liberado del yugo vanguardista, redescubrió el simple placer del dibujo y la pintura. Este cambio, lejos de ser una ruptura, se convirtió en una evolución, una transposición de las lecciones abstractas hacia motivos figurativos.
Los panoramas que representa proceden de imágenes mnemotécnicas, capturadas en diferentes momentos del día y luego, recompuestas en su estudio. Explora el color y la luz en composiciones frontales, utilizando formas recortadas y sintéticas para inventar una nueva complejidad. Sus obras reflejan «lo irremplazable del instante» y testimonian su paso por la abstracción: «Lo que hago hoy en día no podría haber existido sin la experiencia previa de la abstracción». Bioulès se convirtió en uno de los principales impulsores del retorno a la figuración en Francia
Vincent Bioulès está representado por la galería La Forest Divonne.