Karine Bonneval
"Portées par le vent, larmes de pollen"
La práctica transdisciplinaria de Karine Bonneval propone ecologías alternativas para interactuar con el mundo vegetal respirando, moviéndose y escuchando. Al fusionar la cultura popular y científica en sus obras, invita a los humanos a adoptar el «fitomorfismo» para vivir en armonía con las plantas, en diálogo con el aire, el suelo y la gravedad. Su trabajo la lleva a construir proyectos rizomáticos que involucran a personas de diversos ámbitos, tanto artísticos como científicos. Al colaborar frecuentemente con científicos, se interesa por las relaciones entre el ser humano, el mundo vegetal y animal, y por las huellas invisibles que dejamos en la naturaleza.
Para ella, el suelo es mucho más que una materia simple e inerte, es un mundo en sí mismo, complejo y organizado, en el que conviven numerosas especies microscópicas, nutrientes y minerales que interactúan constantemente. Su investigación le ha llevado a considerar las plantas como seres vivos en su totalidad, en línea con la visión de diversas culturas, y especialmente, de aquellos que viven en la franja tropical del planeta.
Con Karine Bonneval, los visitantes pueden descubrir cantos dedicados al mijo, la yuca o el arroz, admirar plantas carnívoras hechas de azúcar presentadas como objetos de decoración, o inclinarse sobre curiosas formas de cerámica negra, que sirven como «altavoces» para los insectos. ¡Nada detiene a la artista cuando se trata de hacer escuchar los impulsos de la naturaleza! Cada una de sus propuestas ofrece la oportunidad de comprender mejor a los diversos habitantes del mundo natural. Desde el compost rebosante de vida de su jardín al campo vecino empobrecido por un cultivo intensivo de cereales, pasando por el Jardín Botánico de Berlín o los barrios de Colombo en Sri Lanka, las experiencias siempre se presentan de forma intencionada en entornos muy contrastados.
En sus exposiciones, Karine Bonneval no duda en colocar un banco para incitar al visitante a hacer una pausa sensitiva y contemplativa, ideal para la reflexión. «Como occidentales, tendemos a considerarnos en la cima de una pirámide desde donde dominamos un poco a todos los demás seres vivos. Ahora bien, las poblaciones como los Achuar nos recuerdan que debemos comprender a todos los seres vivos en su totalidad. Una postura necesaria para pensar la ecología hoy en día».
Para su nueva participación en la Temporada de arte del Dominio de Chaumont-sur-Loire, Karine Bonneval presenta Portées par le vent, larmes de pollen, una instalación ideada en colaboración con el químico Nicolas Visez. En la Asinerie, la artista destaca la belleza de los distintos granos de polen, organismos microscópicos diseñados para transmitir la vida.
REFERENCIAS BIOGRÁFICAS
Karine Bonneval, nacida en 1970 en La Rochelle, tiene una sólida formación académica. Tras graduarse por la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts de Angulema y por la École Supérieure des Arts Décoratifs de Strasbourg, ha llevado su obra a lugares de todo el mundo como Francia, Alemania, Letonia, Dinamarca, Estados Unidos, Argentina y Sri Lanka. En 2019, junto al científico Éric Badel (INRAE PIAF) y el Studio Décalé, recibió la beca de la Fundación Carasso «Composer les savoirs». Además, fue galardonada con una residencia de la Fundación Grantham en Canadá para el año 2023.
En colaboración con equipos de científicos de diferentes disciplinas como ecofisiología vegetal y edafología, sus proyectos buscan nuevas formas de interactuar con el resto de seres vivos: Ha trabajado en instituciones como el Institut Diversité, Écologie et Évolution du Vivant y NeuroPsi de la Universidad de Paris-Saclay, INRAE PIAF en Clermont Ferrand, LASIRE en la Universidad de Lille/LadHyX en CNRS-École Polytechnique, Rillig Lab en la Freie Universität Berlin y la Sección de ciencias del suelo y cultivos de la Universidad de Cornell en Estados Unidos.
Desde 2010, Karine Bonneval vive en la región Centro-Valle del Loira.