Ljubodrag Andric
A medio camino entre la pintura abstracta, incluso pictorialista, y la fotografía de arquitectura, la obra de Ljubodrag Andric nos invita a contemplar entornos arquitectónicos depurados, habitados por una materia que les confiere una profunda singularidad. Inmerso así en un universo muy táctil, el visitante asimila fácilmente la imagen, como si le fuera familiar, sin poder precisar exactamente un lugar o un tiempo. Comienza entonces un deambular apacible y placentero durante el cual la mirada se fija en líneas enigmáticas y se deja atrapar por una luz extraña que dirige la composición. Los muros figuran en el centro de la obra, ecos vibrantes de los frescos del Renacimiento italiano, una tradición pictórica a la que el fotógrafo se relaciona de buen grado.
Impresas en gran formato (aproximadamente 120 x 160 cm), estas “fotograma congelado” atestigua una armonía entre formas geométricas, luz y colores, sumergiendo al observador en un tiempo dominado por Andric. Sus títulos (Venecia, Nápoles, Mândû, Jaipur, etc.) son referencias geográficas conocidas por su patrimonio excepcional, pero también palancas extraordinarias para cualquier imaginario viajero. A través de las propuestas de Andric, estos lugares físicos llegan a la vista adornados con los mitos y culturas que les son inherentes. Descubren una nueva identidad, un significado oculto destilado por el artista y completado por la sensibilidad del observador.
El encuadre elimina todo lo que haría reconocible el lugar de la toma, despojando así la imagen de cualquier significado sociológico o histórico. Esta ausencia revindicada de referencia a un sustrato narrativo acentúa aún más la suspensión del tiempo. El historiador del arte Barry Schwabsky explica a este respecto que “Ljubodrag sugiere que los sentimientos abstractos que se deben encontrar a través de los lugares reales, lejos de diluirse por compromisos, son tan resonantes y poderosos como los que carecen de referentes en la realidad. Esta experiencia se basa en la de la duración. Esto no es un destello, ni un vistazo, ni un impacto. La imagen le ralentiza, cultivando una receptividad tranquila en el observador”.
REFERENCIAS BIOGRÁFICAS
Ljubodrag Andric nació en 1965 en Belgrado, en la antigua Yugoslavia, en el seno de una familia de artistas. Dio sus primeros pasos en el arte y la fotografía cuando tenía 15 años. Estudió humanidades en la Universidad de Belgrado, y se dedicó por completo a la fotografía a partir de 1987. A los 21 años recibió sus primeros encargos, principalmente relacionados con la arquitectura. Expuso por primera vez su obra en la galería del Museo de Arte Contemporáneo de Belgrado a la edad de 23 años. En 1987, Ljubodrag Andric se instaló en Italia, donde practicó con éxito la fotografía de estudio durante 15 años, tanto en Roma como en Milán. En 2002 se mudó a Canadá y poco a poco se dedicó exclusivamente a su práctica artística. El fotógrafo, con nacionalidad canadiense, italiana y serbia, actualmente vive en Toronto, Canadá. Su obra se ha expuesto ampliamente en museos, galerías, festivales y ferias de arte contemporáneo de todo el mundo. En 2016, Demetrio Paparoni editó una monografía de su obra, publicada por Skira (Milán, Italia).
Ljubodrag Andric está representado por Nicholas Metivier Gallery, en Canadá, Robert Koch Gallery, en San Francisco, EE. UU., y Building Gallery, en Milán, Italia.