La serre extraordinaire
El invernadero extraordinario
Este invernadero de formas contemporáneas es una invitación a descubrir las plantas de zonas tropicales y de ecosistemas áridos de nuestro planeta, en los que crecen las plantas epífitas y xerófitas.
Se dice que una planta es epífita cuando crece en otras plantas, que le sirven de soporte. Este es el caso de un gran número de orquídeas, invitadas regulares de nuestros interiores, y de helechos, como los pertenecientes al género botánico Platycerium (de platys, ancho, y keras, cuerno): helechos de aspecto a menudo majestuoso, cuyas frondas (hojas), recortadas en grandes segmentos en sus extremos, nos recuerdan los cuernos de un ciervo y de ahí el nombre que se les suele atribuir.
Los mismo se puede decir de las denominadas «hijas del aire» -ya que la mayoría de ellas tiene una propensión natural a aferrarse a un soporte- que pertenecen al género botánico Tillandsia (familia de las bromeliáceas). Originarias del continente americano, presentan portes muy variados, diferentes proporciones y su extraño carácter, que nunca nos deja indiferentes.
En cuanto a las plantas xerófitas, son capaces de vivir en regiones normalmente áridas o en medios fisiológicamente secos. Es el caso de la familia de las cactáceas, que agrupa plantas crasas o suculentas, capaces de almacenar reservas de agua en sus tejidos para hacer frente a los largos períodos de sequía característicos de su medio natural. A las cactáceas les gustan las tierras arenosas de zonas desérticas, donde los arbustos compiten por el suelo; otras prosperan entre las rocas, en cuyas hendiduras hunden profundamente sus largos y robustos rizomas. A medida que se elevan sobre las montañas de las tierras áridas del mundo, los tricomas que emiten son largos y abundantes, y sus espinas se alargan y se vuelven más amenazadoras, como diciendo: «¡No me toques!».