03. Vers les nuages
published at 25/03/2019
En la cultura nativa americana Pueblos, la Kiva representa a la vez un lugar altamente espiritual y social. Es un lugar de comunicación con los muertos, el cielo y los espíritus y por otra parte un punto de reunión del pueblo para las ceremonias y los rituales.
En este jardín dominado por el blanco, en primer lugar se invita a los paseantes a caminar en tres refugios que simbolizan cada uno una parte fundamental del Hombre: el cuerpo, el espíritu y el alma.
Al dirigirse hacia la “casa del alma” la cúpula de la Kiva, que ha estado oculta hasta entonces, aparece como flotando sobre una nube. El interior ofrece un espacio despejado y sumergido en la penumbra, rodeado de un único banco circular, desde donde los paseantes contemplan el conjunto de la bóveda celeste creada por un pozo de luz.
Este jardín busca una experiencia colectiva de reconexión con la Naturaleza y uno mismo. Su estructura, entre materiales de recuperación y vegetales vivos, invita a posar una mirada virtuosa sobre nuestra sociedad y nuestro futuro modo de vida. También nos habla de esta parte inalcanzable del espíritu humano, de esta necesidad de creer en un más allá trascendental, que se llama espiritualidad.
DISEÑADORES
Delphine MESTOUDJIAN, Laetitia DEMOL y Emmanuelle NATAF, diseñadoras de jardines
FRANCIA
Laetitia Demol es diseñadora de jardines titulada en la École Nationale Supérieure de Paysage de Versalles.
“Viví toda mi infancia y mi adolescencia en el campo, en el norte de Francia, donde pasaba mi tiempo libre entre la jardinería, la observación de la naturaleza, la danza y el dibujo. Después de estudiar ingeniería agroalimentaria, me orienté hacia una especialización en marketing: desde la ciencia de los vegetales hasta las ciencias sociales, las diferentes disciplinas que abordo confluyen secretamente, pero de forma progresiva, hacia el ámbito del paisaje. Durante casi 15 años trabajé en la comercialización de productos alimentarios. Y, de la misma forma que la marca de un producto debe su fuerza a 'la identidad' que se le da, me cuestiono sobre lo que confiere 'la identidad' a un lugar y sobre el diseño sostenible de un espacio personalizado, según este arte específico que es 'el arte del jardín'. Mi preocupación por la naturaleza y el medio ambiente, asociada a sus diferentes prácticas artísticas y a su interés por el diseño, me condujo a dar el paso de la reconversión profesional. Completé mi trayectoria con una formación de 2 años en la École Nationale Supérieure de Paysage de Versalles en el diseño de parques y jardines, teniendo como objetivo poner el pragmatismo del ingeniero al servicio de una movilización de los sentidos y de una creación sensible. Apasionada por esta profesión múltiple, actualmente sigo perfeccionándome en el conocimiento y el reconocimiento de los vegetales.”
Emmanuelle Nataf procede del mundo del espectáculo y sueña con poder tener varias vidas, ya que existen muchas profesiones apasionantes y enriquecedoras capaces de suscitar la emoción, a través del cuerpo o la mente. Apasionada por los grandes textos y las artes del espectáculo, hija de actor, en primer lugar se entregó a los placeres del Teatro. Obtuvo un título de actriz en la École Nationale Supérieure d'Arts et Techniques du Théâtre y comenzó una carrera de más de diez años sobre las tablas. Después, se decantó por el vestuario y trabajó como encargada de esta actividad para el sector audiovisual durante 20 años. Una constante en todas sus elecciones es siempre la búsqueda de la belleza, de lo sensible y de la emoción en todas las formas de expresión artística. Melómana y música en su tiempo libre, vivió su adolescencia en el campo, trabajando en la huerta. Al igual que la música, la cercanía de la naturaleza es vital para ella, garantía de su equilibrio. En sus misiones y sus viajes, se confirma su pasión por el paisaje y los jardines. Su emoción al descubrir algunos de los jardines más hermosos del mundo le condujo de forma natural hacia una segunda reconversión profesional: la formación gráfica de “diseñadora de jardín en el paisaje” en la École National Supérieure de Paysage de Versalles. El tema Jardines de Paraíso despertó en ella un intenso deseo de expresar de nuevo su imaginación y su sensibilidad.
Diseñadora de jardines, titulada en la École Nationale Supérieure de Paysage de Versalles, Delphine Mestoudjian siempre ha sentido curiosidad y ha prestado atención a la naturaleza que le rodea. Cuando era una niña, pasaba su tiempo libre en el fondo del jardín de una gran casa en el campo, como una niña salvaje, observando plantas y pequeños animales, creando obras plásticas con los ocres y los objetos que recogía en el jardín, cuando no dibujaba en el taller de pintura de su madre o no iba a sus clases de danza, disciplina que practicaba todos los días. El trabajo en la huerta con un abuelo poco hablador, pero que le trasmitió sus conocimientos a través del gesto, completó la base de su ser. Desarrolló sus dotes de observación, su creatividad a partir del mundo circundante y el deseo de transmitir y de dar. Después, estudió biología y más tarde bioquímica vegetal, donde presentó una memoria sobre los cedros. Frente a las dificultades de financiación de una tesis y un deseo de valorizar sus conocimientos y, sobre todo, su mentalidad científica, siguió una formación de dos años en comunicación científica en París. Organizó eventos como el Festival du film scientifique del CNRS y luego fue asistente y documentalista de documentales televisivos durante más de 10 años. Después, se orientó hacia la prensa donde, en los recovecos de artículos sobre las cubiertas ajardinadas y la ordenación de terrazas, se introdujo en el mundo de los diseñadores de jardines y tomó conciencia de la importancia que este ámbito tenía para ella. Escapadas al campo donde hasta la más mínima parcela de tierra que encontraba en París, donde vive, era buena para trabajarla con sus manos. Animó talleres de jardinería para niños en la guardería y en la escuela de sus tres hijos. Cuando crecieron, escuchó sus aspiraciones que siempre habían estado presentes -crear con la naturaleza, hacer jardines- y, en 2016, comenzó su reconversión profesional. Trabajó como jardinera para paisajistas para situarse en el centro de las múltiples facetas de la profesión y lo más cerca posible de los vegetales y se matriculó en la École de Paysage de Versalles donde aprendió a diseñar jardines. Desde entonces, se dedica a crear jardines en su paisaje con sensibilidad y poesía, jardines a medida para vivir.